Olivia Rodrigo fue convocada por Joe Biden como parte de estas acciones políticas para contrarrestar el furor por las teorías conspirativas que impulsan los sectores negacionistas de la población. La Casa Blanca confía en que la chica Disney del momento pueda bajar un mensaje de cuidado sanitario y protección comunitaria.
De tan sólo 18 años, la cantante pop visitó a Biden ayer y mantuvo una reunión con su equipo y el Doctor Anthony Fauci, médico que mantiene un rol de liderazgo en la campaña de prevención contra el COVID-19 de la Casa Blanca. Si bien les menores tienen menos riesgo de enfermarse, Olivia dijo que “es importante que tengan conversaciones con amigos y familiares para alentar a todas las comunidades a vacunarse”.
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Tras debutar actuando en comerciales para la televisión norteamericana, Olivia Rodrigo obtuvo la atención de Disney Channel, que la llamó para actuar como personaje secundario en Bizaardvark. Esta serie le sirvió para catapultarse a protagonizar el éxito de Disney+ “High School Musical: The Musical Series”, en donde alcanzó una popularidad mundial entre les jóvenes.
Posteriormente, Rodrigo decidió abandonar la imagen de “Chica Disney” y se lanzó a la industria musical, en donde tan sólo con su primera canción tuvo billones de reproducciones. “Drivers License”, su debut, acerca de cómo Joshua Bassett, compañero suyo de “High School Musical: The Musical Series” fue quien le rompió el corazón por primera vez.
Ahora Olivia Rodrigo acaba de lanzar su primer álbum “Sour”, que tiene una importante carga emocional. “Espero que disfrutes de los 34 minutos y 46 segundos de mi derrame agrio de tripas. Gracias por ayudarme a convertir mis sentimientos infelices en uno de los mejores momentos de mi vida”, dijo en sus redes sociales.
Cómo influir en los jóvenes
Cuando Olivia Rodrigo contó a través de Tik-Tok cómo Joshua Bassett rompió su corazón, millones de fans de todas partes del planeta empatizaron con su dolor y el tópico se instaló como tendencia. Hoy este acercamiento es aprovechado por la Casa Blanca como una de las tantas movidas para influir en les jóvenes.
Lo cierto es que el Tea Party, el ala más extremista del Partido Republicano, ha incorporado a sus filas a terraplanistas, antivacunas y más conspiranóicos. En la era de la post verdad resulta muy difícil legitimar una fuente, precisamente de eso se tratan las teorías conspirativas: creer que los entes que arrojan información verificada en realidad tergiversan la data con fines maliciosos.
No es casualidad que el mapa electoral de Estados Unidos muestre que los estados en donde hubo predominancia de votos demócratas, los números de vacunades sean mayores.
No es tan difícil encontrar celebridades que generen paranoia en torno a la vacuna. Entre los más influyentes encontramos a Robert De Niro, quien ofreció U$D 100.000 a quien pudiera demostrarle la plena efectividad de alguna vacuna.
Jim Carrey es antivacuna hace mucho tiempo y en tiempos de COVID-19 no oculta su imagen. “Dicen que el mercurio del pescado es peligroso pero nos obligan a inyectarnos tiomersal. ¿Tiene sentido?”, se pronunció el actor.
“Personalmente estoy en contra de vacunarse y más si me obligan a ello. No quiero que me digan que tengo que hacerlo para volver a viajar”, dijo el astro del tenis Novak Djokovic.
Dentro de las filas de celebridades antivacunas aún hay más actores y actrices, así como también músicos y deportistas. El gobierno norteamericano se enfrenta a un enemigo inesperadamente peligroso: tener la vacuna pero no lograr frenar la transmisión comunitaria del virus. Joe Biden tendrá el desafío de que lo político no le gane a lo sanitario.