El lunes 12 de julio el medio de comunicación El Cronista informó sobre el cierre de un acuerdo comercial con China. Allí se comunicaba que los “ministerios de Producción, Cancillería y Agricultura terminaron de definir con Beijing los parámetros para desplegar una millonaria inversión en el país”. ¿Los números? Se trataba de unas veinticinco plantas que exportarían 900 mil toneladas de cerdo anuales.
Horas más tarde, la Cancillería argentina se expresó a través de su cuenta de Twitter. Aclaró que “esta información es absolutamente falsa y carece de asidero”. Desmentía de esta forma la conclusión de este acuerdo bilateral entre nuestro país y China.
Si bien la firma final aún no existe, las negociaciones al respecto comenzaron en 2020. Según se publicó en la página web de la Cancillería, el representante de esta cartera, Felipe Solá, mantuvo el 6 de julio del año pasado una entrevista telefónica con el ministro de Comercio de la República Popular China, Zhong Shan.
Allí, Solá afirmó que fue bien recibido por Shan “el avance de un proyecto (…) sobre producción de carne porcina de inversión mixta entre las empresas chinas y las argentinas”. El objetivo era producir nueve millones de toneladas de carne porcina, lo que le “daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años”. Confirmaron que “ya llegaron a un acuerdo sobre este proyecto la Asociación China para la Promoción Industrial y la Asociación Argentina de Productores Porcinos”.
¿Qué establecería el acuerdo?
Alrededor de la firma de este convenio comercial existe un halo de desconocimiento. Sectores ambientalistas y periodistas especializados en el tema solicitan que desde Cancillería se brinde más información al respecto. El Cronista, por su parte, afirmó que en septiembre se firmaría el memorándum para oficializar el acuerdo.
El mismo prevé la implementación de grandes granjas en las que se criarían cerdos de manera masiva, para luego exportar su carne a China. El país asiático necesita a los animales, ya que en 2018 sufrió un brote de la peste porcina africana. Por ello, sacrificó a más de un millón de cerdos.
Según informó el medio de comunicación Chequeado, desde la Cancillería explicaron que “el proyecto permitiría generar trabajo genuino fuera de los grandes centros urbanos del país”. Además, confirmaron que “la Argentina aprovecharía el maíz que hoy ya produce para alimentar a los cerdos”.
El posible acuerdo porcino comercial entre China y Argentina se da junto con el Plan de Cooperación Productiva que ambos países lanzaron en conjunto. En marzo de 2021, se promovió este proyecto que busca “duplicar la cantidad de PyMEs que exportan a China”, según se publicó en la página web de la Cancillería nacional.
Voces en contra
En 2020, la firma del memorándum que daría inicio a la exportación masiva de carne de cerdo a China tuvo un freno. Debido a los constantes reclamos de diversos sectores sociales, se agregaron al convenio algunos puntos que refieren al cuidado del medio ambiente argentino.
Si bien la Cancillería nacional desmintió la firma del acuerdo, las organizaciones ambientalistas están en alerta. Por dicho motivo, para este martes convocaron a un tuitazo de 20 hs a 22 hs, con el objetivo de expresar a las autoridades su desacuerdo sobre el tema.
Los textos en los tweets incluirán denuncias como el pedido de la transición a un sistema agroecológico que ponga énfasis en la soberanía alimentaria del país. También harán referencia a los riesgos que traen en las personas consumidoras las megafactorías de cerdos. Y destacarán que estas grandes granjas pueden ser “un epicentro de pandemias”.
Nota al Pie dialogó con Fernando Cabaleiro, abogado ambientalista de Naturaleza de Derechos. El especialista afirmó que el acuerdo debe cumplir con una normativa que hace al orden público, ambiental y climático, “que el megaproyecto porcino no cumple”.
Desde lo social, el abogado afirmó que el posible acuerdo con China no “garantiza el derecho de la sociedad civil a participar en el proceso de toma de decisión. Es algo que se arregló a puertas cerradas con los sectores interesados y las autoridades chinas”.
Teniendo en cuenta el cuidado del medioambiente, Cabaleiro explicó que “las megagranjas tienen un alto impacto de contaminación ambiental en el lugar que se establecen”. De esta forma, ponen en una situación de riesgo “inadmisible” a los recursos hídricos de la zona. También afirmó que “generan un gran impacto climático ya que es una actividad que produce significativos niveles de gases de efecto invernadero”.
Por último, el abogado ambientalista se refirió a las condiciones de vida de los animales. “Las megagranjas presentan el gran problema de la zoonosis y la proliferación de virus, como el COVID-19”, aseveró.