Las fronteras entre los géneros parecen haberse difuminado; para éstos englobarse en la totalidad que ofrece la expresión “Música urbana”. Suena irrisorio ponerse a pensar en terminologías de género cuando escuchamos “Toy volao’”, porque ciertamente no es reggaeton, ni cumbia, ni reggae, pero a la vez lo es todo.
“Yo con Fidel no quería hacer algo tan reggae. Él tiene acercamientos con artistas como Damas Gratis o L-Gante, y yo quería ir por algo más cumbia pero que coquetee con varios tintes diferentes”, cuenta Joan Sprei, que se confiesa enamorado de la cumbia. “Toy Volao” deja entrever pasajes tropicales, como grandes libertades que se toma dentro de un beat más bien reggaetonero. Es, en realidad, un cóctel de estilos urbanos que hace a la propuesta algo diferente a nuestros oídos.
La cultura cannábica en la Argentina
En una clara alusión -o un mimo- a la cultura cannábica, “Toy volao’” trae a la mesa la cotidianeidad con la que hoy en día se trata el tema de la marihuana. Para Joan, la educación en el tema evoluciona de manera exponencial y es cuestión de tiempo hasta que las leyes sean más justas para les usuaries tanto medicinales como recreativos.
“Cada vez veo más ONG’s, más cultivadores y veo que cada vez se autoriza más para diferentes utilizaciones. Hay antecedentes tanto en Estados Unidos o Europa como en países vecinos como Uruguay, y me parece que los políticos no pueden ser ajenos a todo esto. La campaña por la despenalización del aborto abrió la cancha a que nos demos cuenta de que luchando se pueden conquistar derechos”, declara.
El Aprendiz supera al Maestro
El flow de Joan Sprei convive de manera orgánica con el de Fidel Nadal, una voz que nos suena cálida de hitazos de los 00’s como “International Love” o “Luz y compañía”, pero que también nos remonta a la época de Todos Tus Muertos, banda de hardcore, punk y reggae argentina formada en 1985.
Además del respeto por la cultura cannábica, la escena underground de aquellos años es algo que también emparenta las carreras de ambos músicos, dado que Joan ha sido baterista de El Otro Yo, banda con la que ha tocado hasta en un departamento en Kawasaki, un pueblo en las afueras de Tokio: “Con la palabra beer medio que ya me manejaba”.
Ray Fajardo, uno de los bateristas más veloces que el rock argentino ha conocido, reclutó a un joven Joan a través de una grilla que refería a sus potenciales alumnos, y que contenía preguntas como “¿Qué querés lograr con el instrumento?”.
“Cuando vio mi interés genuino y me oyó tocar me dijo que yo iba a ser su discípulo, e incluso que quizás en algún momento formara parte de El Otro Yo”, cuenta riéndose Joan, a quien le gustaría encontrar las respuestas de aquella grilla, que años más tarde lo haría dar la vuelta al planeta tocando punk rock.
Interés genuino y altas vibraciones
Los avances tecnológicos en materia digital han marcado a fuego la escena actual. Hoy en día es posible componer un disco completo desde un i-Pad o grabar un hit desde una de las computadoras que entrega el Gobierno. A la vez, un software que en algún momento requería de complejos estudios para ser manipulado, ahora se puede aprender de forma autodidacta.
“Yo creo que en mi caso convergieron varias cosas. Principalmente, como baterista me quedaba corto y necesité volcarme a la producción, dado me permitía tocar todos los instrumentos mediante la programación de secuencias. Fuera de eso, creo que naturalmente existe cierta atracción por parte de los bateristas hacia las músicas más rítmicas”, cuenta. “En mi caso yo me enganché con la música electrónica, el reggaeton, el dancehall o el reggae”, agrega Sprei, mientras se permite reflexionar con Nota Al Pie acerca de su etapa después de tocar punk.
Lo cierto es que habiendo tocado en una de las bandas más icónicas del punk argentino, Joan Sprei ha lanzado su carrera solista y ya cuenta con un feat con Fidel Nadal y ahora va por una con El Pepo y Los Turros. Si algo no cambió, es el interés genuino que Ray Fajardo vio en aquel aprendiz: “Me gusta tanto la música que no puedo parar de hacerla, y la hago por donde voy vibrando”. Te creemos, Joan.