El “Veggie Challenge” nació en 2019 de la mano de la organización Vegetarianos Hoy. Este desafío ofrece una asesoría completa y gratuita durante 30 días para aquellas personas que deseen probar una alimentación basada en vegetales. Al día de hoy cuenta con más de 25.000 inscriptes.
“Vegetarianos hoy es una fundación, sin ánimos de lucro, que trabaja en Latinoamérica. Tenemos presencia actualmente en Argentina, Chile, México y Colombia. Lo que busca esta fundación, principalmente, es promover la alimentación basada en vegetales, además de la reducción del sufrimiento animal. Con vistas en este objetivo es que se desarrolló Veggie Challenge, buscando ayudar a todas las personas que deseen hacer un cambio en su alimentación, pero también en sus vida en cuanto a la postura ética que toman ”, explica Agustina Inostroza, coordinadora en Argentina para la Fundación.
La importancia de adoptar una alimentación vegana no sólo reside en los beneficios para la salud, sino en cómo impacta en el ambiente la forma de consumo. “Sólo realizando el desafío, una persona puede ahorrar hasta 420 kg de CO2, puede proteger una cantidad de suelo de 720 mts2, salvar 15 vidas de animales, y ahorrar un total de 100 mil litros de agua, que es un montón”, cuenta Inostroza.
Y agrega que “teniendo en cuenta que es solo un mes, si pensamos sólo en la huella hídrica, imaginemos la cantidad de agua que podríamos ahorrar las personas si nos propusieramos llevar adelante una alimentación un poco más consciente”.
¿Cómo funciona Veggie Challenge?
Veggie Challenge cuenta con mentores voluntarios que acompañarán a les participantes durante el proceso. Además, se apoya en un equipo de nutricionistas especializadas que podrán resolver dudas más específicas que puedan surgir durante el desafío. El mismo se propone el objetivo de acercar información clara, concisa y segura a les inscriptes, para que puedan hacer un cambio de hábitos de forma sana.
Además, les participantes recibirán mails diarios en los que dispondrán de recetas; información sobre locales en su ciudad en los que podrán adquirir productos veganos o vegetarianos; e inclusive un acompañamiento emocional.
“A veces es difícil… Sobre todo para nosotros que vivimos en una sociedad en la que el asado es la costumbre, la tradición. Si no comes asado, no sos argentino. Es difícil sostener la postura a pesar de que tus amigos te gasten, de que tu familia te la haga re difícil, de que tu médico de cabecera te diga que tenes que comer carne. Todas estas cuestiones las charlamos para que sepan que no son la primera persona en atravesar esto y que no es algo de lo que no se pueda salir. Son cosas que pasan al principio, pero después las personas se acostumbran”, comenta Inostroza.
Por último, hace hincapié en la necesidad de seguir concientizando sobre la importancia de reducir el consumo de carne. “Hay que hablar del tema, de por qué la explotación de los animales no es ajena a todos nosotros. Cuando pagamos por una bandeja de carne, no se termina ahí la historia, tiene un trasfondo: para que esa bandeja llegue a ser un producto empaquetado en una heladera se deforestaron bosques, se derrocharon miles y miles de litros de agua, esos granos que se usaron para alimentar al ganado hubiesen sido mucho más provechosos si se utilizaban para alimentar a la población. Entonces tenemos que hablar sobre este tema, informarnos, cuestionarnos, preguntarnos si realmente elegimos lo que nos queda cómodo o lo que nos parece correcto”, concluye.