Su agente de prensa, Paula Alberti, había anunciado el pasado 10 de junio por la tarde en su cuenta de twitter que el músico estaba bajo observación en terapia intensiva tras sufrir un accidente cerebrovascular. Tristemente se confirmó la noticia de que Willy no logró recuperarse. Esto sacudió las redes sociales y se hizo eco en diferentes medios de comunicación.
El mundo de la música acompaña a los familiares y allegados de Eduardo Guillermo Pantano Crook, y lo recordará para siempre por su prolífica trayectoria. El ADN groove de Crook quedará impregnado para siempre en nuestro rock.
La joven promesa
A lo largo de su carrera, Willy Crook puso su impronta en obras clave de la historia del rock argentino, como “Gulp!” (1985), el álbum debut de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y su sucesor “Oktubre” (1986), considerado el cuarto mejor de la historia del rock argentino por la revista Rolling Stone.
Además, durante ese año Crook formó parte de la última formación de Los Abuelos de la Nada con Miguel Abuelo al frente del grupo, tocando el saxo en la gira presentación del disco “Cosas Mías”. Como si fuera poco, también por aquel entonces tocó el saxo con Riff en lo que terminó siendo el álbum en vivo “Riff Paladium ‘86” (1995), que sería publicado recién nueve años después. Para la fecha, el artista no habría cumplido ni 25 años: nada mal para una joven promesa.
El funk como religión
Tras todo este derrotero, Crook se fue a probar suerte a España. Allí, tras integrar Lions In Love junto a Daniel Melingo, y Pachuco Cadáver con Roberto Petinatto y Guillermo Piccolini, debutó como solista con su álbum: “Big Bombo Mamma” (1995), con letras en inglés y un sonido break que le recordó al funk que lo importante también era la fiesta.
Las líneas de bajo y batería remiten a la esencia rítmica de George Clinton, y vienen a nuestro underground a hacer las veces de James Brown local. De hecho el mismísimo Padrino del Soul convocó Crook para que lo telonee en su segunda visita a la Argentina.
“Habíamos terminado de tocar, íbamos para los camarines y escuchamos una voz que decía «¡One more, one more!». Nos acercamos y vimos una mancha blanca: ¡eran los dientes de James Brown! Así que tocamos un tema más y después nos reunimos con él en el camarín. Nos dio una arenga acerca del significado de la Familia del Funk, y nos incorporó en ella».
«De modo que podemos decir que gozamos del padrinazgo espiritual de James Brown”, contó Willy en una entrevista en 1998. Además, ese mismo año sería encargado de preceder a David Bowie en su show en Ferro, en el marco de la gira por la presentación de “Earthling”.
“Willy Crook & The Funky Torinos” (1997) y “Eco” (1998) fueron los dos álbumes que lo consolidaron como un referente dentro de la escena local.
Crook también trabajó como invitado, arreglador o sesionista con gigantes de la talla de Charly García, Los Fabulosos Cadillacs, entre otres. Además,aporto su presencia musical en bandas como Memphis La Blusera, Man Ray y los ya mencionados Riff. Formó parte de una élite de músicos que han tenido la suerte de compartir muchos proyectos con diferentes grandes referentes de la historia del rock argentino. Su arte, y su personalidad jocosa, ya son inmortales.