Nota al Pie dialogó con Paula Danel Investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) , Docente de la Facultad de Trabajo Social de la Universidad Nacional de La Plata; y quién hace varios años trabaja en vinculación a las cuestiones de envejecimiento y vejez.
También la autora del libro “La Gerontología será feminista” brindó detalles y profundizó respecto a esta problemática.
¿Las violencias en adultas mayores por razones de género es la más invisibilizada?
La Investigadora del CONICET expresó que “Las dificultades se presentan en estos temas con población que no ha tenido presencia en los espacios ligados al género o a los feminismos, obviamente hay un proceso de invisibilización y acallamiento, y de naturalización fundamentalmente”.
En este sentido manifestó, que estas violencias no se presentan de modo espontáneo en la vejez; sino que “hay marcas y signos que uno puede identificar en las trayectorias de estas compañeras que estuvieron ligadas a cierta naturalización de esas violencias”.
Asimismo agregó, que frente a esta situación “tal vez sea necesario plantear que no podemos pensar en las mujeres mayores como un homogéneo. Creo que una de las características de los procesos de envejecimiento y vejez tiene que ver con que bajo el rótulo de personas mayores integramos a varias generaciones”.
En este momento estamos pensando por lo menos en dos grupos claros de entre 60-74 y de 75 y más; donde en términos estadísticos y epidemiológicos vamos a encontrar algunas características singulares
“Otro de los rasgos que hacen a la heterogeneidad tiene que ver con las cuestiones de género; cuestiones que durante muchos años en la gerontología fueron pensadas de modo binario y que de la mano de la gerontología feminista y de otros aportes de los feminismos y de los estudios de género empezó la identificación de las múltiples formas de ejercicio y de vida de las personas mayores” subrayó.
Los impactos de la pandemia en esta problemática
La entrevistada hizo referencia a que “la pandemia profundizó e interpela mucho los modos de organización de nuestras vidas cotidianas; de la vida doméstica y de la organización social y política del cuidado».
Según la Docente lo que vino a hacer la pandemia es “poner en evidencia algunas situaciones que ya eran desventajosas para las mujeres mayores”.
En este sentido agregó que “la convivencia forzada sobre todo el primer momento del aislamiento; vinculada y sostenida por la necesidad de preservación de la vida, profundizó algunas relaciones que ya eran conflictivas previamente”.
Otra cuestión que destacó, es que generó muchas dificultades “para aquellas compañeras que no estaban pudiendo denunciar; o poner en la agenda o en el espacio público aquella situación en las que estaban siendo violentadas”.
Sobre el Informe anual de la Línea 144 sobre Violencia por Razones de Género en Adultas Mayores
Respecto a este informe, Danel refirió que “es un buen dato para que podamos dimensionar esas situaciones que no son nuevas; que vienen siendo trabajadas por algunos dispositivos estatales”.
Al respecto mencionó que “venían siendo presentadas como problemáticas por muchos servicios sociales gerontológicos que estaban abordando estas situaciones desde hace varios años”.
En cuanto a la acción estatal de la Provincia de Buenos Aires, de dimensionar y difundir esta producción de datos agregó que “es un buen paso en una serie de acciones que se viene haciendo hace varios años”.
El edadismo y las violencias por razones de género
Por su parte Paula Danel enfatizó “La presencia de las marcas del paso del tiempo son sancionadas en nuestro mundo contemporáneo y esto tiene que ver con el Neoliberalismo, con el Capitalismo, con los modos coloniales de pensar la belleza”
En esta misma línea, mencionó que “las mujeres somos quienes más somos castigadas por exhibir los signos del paso del tiempo”.
“Este combo que se genera entre esta discriminación por edad y las situaciones de violencias por razones de género hace que nos encontremos con situaciones y con historias muy dolorosas vinculadas a esas discriminaciones” reflexionó.
El desafío de pensar abordajes integrales
La entrevistada refirió a la necesidad de pensar en un abordaje integral a las violencias por razones de género. “En un sistema de salud que históricamente ha dócilizado los cuerpos de las mujeres, se presenta el desafío de que sea capaz de estar abierto a escuchar algunos signos de alarmas; y ser lo suficientemente flexible para poder alojar estas situaciones y poder generar alternativas”.
Acentuó que “es necesario que se generen situaciones que estén vinculadas al acceso a la vivienda. Hay muchas experiencias de varios años donde facilitar el acceso a la vivienda a una mujer que es víctima de violencia posibilita salvar la vida”.
Por último señaló que “hay una deuda pendiente, vinculada a la cuestión de las violencias económicas y fundamentalmente en la imposibilidad del acceso a la vivienda”.