El país se encontraba en medio de un contexto de crisis económica y política que lo atravesaba luego del estallido social ocurrido en 2001. Existía una creciente represión que se llevaba a cabo sistemáticamente desde el Estado. Y también a cargo de las fuerzas policiales sobre las personas que se manifestaban ante las desigualdades sociales. En medio de estas realidades, el 26 de junio del 2002, se produjo el hecho conocido como la “Masacre de Avellaneda”.
Se había coordinado un operativo represivo con el fin de impedir que les manifestantes; en su mayoría trabajadores desocupades, integrantes de organizaciones sociales y del movimiento piquetero llegaran al Puente Pueyrredón. El mismo dejó un saldo de 40 heridos y se produjeron los asesinatos de les jóvenes Maximiliano Kosteki y Dario Santillán.
El operativo
El operativo había sido planificado días previos y participaron miembres de la SIDE (Servicios de Inteligencia del Estado, hoy AFI) en conjunto con la Gendarmería Nacional, Prefectura Argentina, Policía Federal y Bonaerense quienes atacaron directamente a les manifestantes que se encontraban reclamando en el lugar.
El día de la movilización las organizaciones llegaban a Puente Pueyrredón desde distintos puntos de la Provincia de Buenos Aires. Es allí, donde se toparon con el operativo represivo. El ex comisario Alfredo Luis Fanchiotti, estaba a cargo del operativo que se desplegó en la Avenida Mitre y también en Hipólito Irigoyen. Éste se ubicaba en el centro e inmediaciones de la estación de Avellaneda.
Los hechos
Primero fue herido por un impacto de bala Maximiliano Kosteki quien pidió ayuda a sus compañeres y fue llevado hacia el interior de la ex Estación Avellaneda. Quien acudió en su ayuda fue Darío Santillán que se agachó para auxiliarlo y levantó su mano intentando frenar a los policías que se acercaban disparando con balas de plomo. Participaron del hecho el comisario Fanchiotti, junto al cabo Alejandro Acosta, el principal Carlos Quevedo, el cabo Lorenzo Colman, y el suboficial Marcelo de la Fuente.
Allí fue asesinado Darío que, mientras se encontraba agonizando, continuó siendo golpeado por los policías. Luego, su cuerpo fue arrastrado hasta la calle en un acto de total crueldad. Posteriormente, los cargaron en una camioneta, transladándolos al Hospital Fiorito, donde llegaron sin vida.
Campaña mediática para tergiversar lo ocurrido
Desde los estamentos del Gobierno y los principales medios se intentó instalar la versión de que “fue un enfrentamiento entre piqueteros”. Esto fue con el fin de tapar la responsabilidad estatal y policial para lograr que el hecho quedara impune y criminalizar la protesta.
Sin embargo fueron pruebas ineludibles las fotografías tomadas por Sergio Kowalewski y Pepe Mateos, quienes registraron la secuencia en que Fanchiotti y sus cómplices ingresaron a la estación y dispararon contra Darío. Esas imágenes fueron publicadas con la cronología correspondiente para la reconstrucción de los hechos que obligó al Gobierno y a los medios a abandonar esta falsa teoría.
Responsabilidad política
“Aunque de inmediato se iniciaron causas contra los responsables políticos, como siempre que el estado pone las balas, el poder judicial se esfuerza por cumplir su función en el entramado represivo estatal, que es garantizar su impunidad” afirman desde Correpi.
Desde Correpi indican como responsables al Presidente de la Nación Eduardo Duhalde y a Felipe Solá, quien en 2002 era el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. El mismo fue quien coordinó con el Gobierno Nacional la represión en el Puente Pueyrredón. El Secretario General de la Nación, Aníbal Fernández en la conferencia de prensa posterior a la masacre de Avellaneda, dio detalles sobre las asambleas previas a la movilización en Puente Pueyrredón.
También suman a la lista a Jorge Matzkin, ex Ministro del Interior y Juan José Álvarez, ex agente de la SIDE durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar. Se suman también el ya fallecido ex Gobernador de Río Negro, Carlos Soria y Oscar Rodríguez; ambos miembres de la SIDE, Alfredo Atanasof, Jefe de Gabinete al momento de la masacre y actual Embajador en Bulgaria; y Jorge Vanossi, Ministro de Justicia en 2002.
Quiénes fueron Darío y Maxi
Darío Santillán y Maximiliano Kosteki tenían 21 y 22 años en ese trágico momento que los cruzó en la Estación de Avellaneda. Ambos eran del Movimiento de Trabajadores Desocupados, aunque no se conocían previamente a ese 26 de junio. Darío militaba en el barrio Don Orione, en Claypole, luego se mudó a Lanús y continuó haciéndolo ahí. Por su parte Maxi militaba en Guernica.
“Creemos que cortar rutas es un símbolo de enfrentamiento directamente con el poder. El mismo poder que todos los días nos está cagando de hambre. Todos los días hace que se mueran los pibes. Que en los hospitales no haya remedios. Que todos los días hace que la educación sea mucho más baja, porque sabe que educándonos podemos hacerle frente con conocimiento”.
“Ellos, pretenden que no lo tengamos. Entonces creemos que cortar rutas es hacer un esfuerzo y una acción para poder cambiar la situación en la que estamos viviendo”. Estas son las palabras de Dario Santillán, que definen su lucha y que también es la de muches que siguen luchando por una sociedad más justa.