La empresa Liex S.A, subsidiaria de la multinacional Neo Lithium de origen canadiense, tiene como objetivo extraer litio del salar Tres Quebradas. Ubicado a más de 4000 metros de altura en la Cordillera de los Andes y a unos 100 km aproximadamente de Fiambalá, localidad del departamento de Tinogasta en el oeste de Catamarca.
El salar integra el sistema de Lagunas Altoandinas y Puneñas de Catamarca, ubicado exactamente en el subsitio sur. Este sistema se encuentra protegido por el convenio Ramsar, para la conservación internacional de humedales desde el año 2009.
El convenio dice que debe haber un uso racional de los humedales. Las actividades humanas no deben afectar el funcionamiento ecológico de los mismos. Tampoco disminuir los bienes y servicios ecosistémicos. El proyecto extractivista viola este convenio.
La provincia pidió la designación del sitio Ramsar y el convenio lo firmó la Nación. Sin embargo, se le dio el visto bueno al proyecto, iniciando la etapa de exploración en el año 2016.
Nota al Pie dialogo con Natalia Sentinelli, arqueóloga y doctora en Ciencias Antropológicas. El estudio de impacto ambiental lo presentó la empresa y “la propia secretaría de Minería controla los estudios de impacto, no la secretaria de Ambiente”, afirmó.
Tres Quebradas: un proyecto inviable
En la etapa de exploración ya se diseñaron pozos de perforación para extraer salmuera, se instaló un campamento permanente para el personal y se construyeron piletas de evaporación.
Patricia Marconi, bióloga y presidenta de la Fundación Yuchan, también conversó con el medio. Al respecto del proyecto dijo que se trata de una actividad de “altísimo impacto ambiental, con una metodología que implica un gasto excesivo de agua en un desierto de altura. Donde se debe conservar el agua y por ser sitio Ramser esta actividad no debería estar permitida”.
Para obtener una tonelada de litio se evaporan, de acuerdo a lo transmitido por la bióloga, entre 1 y 2 millones de metros cúbicos de agua de salmuera al año. “La salmuera tiene un 75 % de agua salada”, subrayó. Esta agua salada se encuentra en equilibrio con el agua dulce “porque los salares son sistemas complejos no son solo depósitos de salmuera”.
“A los salares llega el agua dulce a través de vegas y están en la superficie como subterráneamente. Esos sistemas son de un equilibrio entre aguas dulces que se aportan desde los bordes del salar y las aguas saladas”, planteó Marconi.
Cuando se extraen grandes cantidades de salmuera “se van completando con agua dulce y baja el nivel de las aguas dulces de la periferia del salar”.
Siguiendo la idea, la bióloga dijo que además se extrae agua subterránea “que es la gran reserva de agua de la puna; porque el agua en superficie significa el 1 o el 2 %, el resto del total de agua disponible en el altiplano. Es agua subterránea y estas perforaciones son para extraer la salmuera subterránea”.
Aguas “fósiles”
Asimismo, la gran mayoría de las aguas subterráneas “en estudios refinados se observa que tienen entre 1000 y 10000 años de antigüedad”. Estas aguas “fósiles” son, según la bióloga “un recurso no renovable. Han quedado confinadas, probablemente en periodos más húmedos que el actual. Entonces son un reservorio que se gasta y no se repone”.
Este tipo de información, manifestó Marconi, es el que debe estudiarse para cada salar, cada área de explotación, mediante estudios hidrogeológicos. Debido a que “no es la hidrología superficial, sino que incluye el aspecto subterráneo o sea geológico. Y hablamos de balance hídrico porque necesitamos saber los ingresos y egresos en el sistema natural antes de la intervención humana”.
Desplazamiento de comunidades
Aparte de ignorar el convenio y los usos del agua, también se desestiman los usos pastoriles que las comunidades locales realizan. “En otras explotaciones de litio, en la misma provincia de Catamarca, se ha producido el desplazamiento de comunidades locales que viven del pastoreo de llamas”, puntualizó la bióloga.
Se produjo también la desecación total de vegas, “los mayores oasis de la puna donde se concentra la biodiversidad y las actividades humanas ancestrales”. La puna donde se encuentra el proyecto minero Tres Quebradas “tiene más de diez mil años de ocupación humana de comunidades de pueblos originarios”, remarcó la presidenta de la Fundación Yuchan.
La integrante también de la asociación civil BePe, Sentinelli, agregó que “la explotación de litio afecta a las fuentes de agua de las comunidades campesinas para su producción”. “La imposición de imaginarios de progreso destruye directamente modos de vida tradicionales”, explicó la doctora.
Por otro lado, y en relación, las comunidades campesinas con las cuales trabaja BePe, “están tratando de recuperar saberes agroecológicos; otros tipos de comunidad” y las empresas “con la lógica de la imposición corporativa; entra a estos territorios; rompiendo todos esos tejidos locales y ampliando las fronteras de esa lógica capitalista”.
La realidad es que no se debate “cuáles son las construcciones que se están llevando adelante en los territorios. Siempre se impone la lógica capitalista, patriarcal, extractivista. Sin tener en cuenta los procesos territoriales”, enfatizó Sentinelli.
El peligro de las piletas
La bióloga puso como ejemplo el salar de atacama en Chile. Allí hace cuatro décadas que vienen explotando. La superficie de las piletas “equivale a tres mil estadios de fútbol. Eso ha tenido consecuencias muy graves en cuanto a la disponibilidad de agua dulce, reducción de los lagos salinos, declinación en diversas especies indicadoras de la fauna. Como por ejemplo los flamencos altoandinos”.
Estas “son cuadradas y rectangulares, muy feas, y en el caso particular de Tres Quebradas, es la zona de los seis miles, donde hay más de veinte cerros y volcanes que tienen más de seis mil metros de altura. Es una especie de paraíso para los montañistas de todo el mundo. El deterioro de ese paisaje natural les va a significar una degradación de los atractivos actuales”.
Empresas canadienses explotan suelo argentino
La bióloga también informó que “hace solo un mes, un mes y medio, que hay otra empresa en la laguna Los Aparejos, también dentro del subsitio sur. El proyecto se llama Yergo, que ya ha presentado el informe de impacto ambiental para la etapa de exploración, o sea para hacer los pozos”.
La empresa que realizaría el proyecto Yergo se llama Portofino Resources. Esta empresa también es canadiense, como Liex S.A. Canadá “ha adherido a todas las convenciones internacionales de conservación de biodiversidad”. Sin embargo trae sus empresas para explotar en el sitio Ramsar, al cual también adhirió.
El proyecto sólo extrae de las lagunas de altura y de los salares tres quebradas la salmuera. “La parte del procesamiento de la salmuera concentrada que se evaporó en las piletas, lo van hacer en Fiambalá”, desde una planta piloto, describió Marconi. Para ello, necesitan agua dulce “y la van a tomar del río Chaschuil, que desemboca en el río Fiambalá y del que se toma el agua que potabiliza la ciudad de Fiambalá”.
Por lo tanto, la extracción de agua dulce para procesar los minerales de litio, afectará a los usos urbanos y rurales de Fiambalá y alrededores. El estudio de impacto ambiental de esta planta piloto instalada ya en el año 2019, según la bióloga, no ha sido tampoco expuesto a la comunidad.
Aparte de la planta piloto existe un proyecto de planta definitiva “dentro de lo que en Fiambalá denominan un futuro parque industrial”. La municipalidad “habría donado una superficie de 600 hectáreas para la instalación”.
Incumplimiento de la ley General del Ambiente
Estos proyectos, según Marconi, son rentables, debido a la alta demanda de litio y avanzan muy rápido. Cuando las comunidades, las organizaciones, les investigadores, se enteran de los mismos, la empresa ya está instalada. Por lo que la oportunidad de poder introducir modificaciones, mejoras, requisitos que reduzcan el impacto ambiental, es nula.
El gobierno y las empresas extractivas incumplen la Ley General del Ambiente. En ella se establece el principio de precaución, es decir, si no hay suficiente información sobre el funcionamiento del sistema se debe recabar primero esa información antes de intervenir. La ley establece audiencias públicas a su vez. Ninguna de estas dos medidas se ha cumplido.
Sentinelli dijo que existen “charlas públicas”. En ellas se invita “a las personas que apoyan la minería y que dependen de por ejemplo la Municipalidad o que tienen algún cargo en el gobierno provincial, que saben que si llegan a manifestar algún tipo de interrogante o de cuestionamiento tienen el poder de echarlos”. No hay entonces “una consulta territorial”.
Una de las integrantes de la asamblea Fiambalá Despierta, ingeniera industrial especializada en ingeniería ambiental, Lis dijo en diálogo también con Nota al Pie, que “si se anuncia que se va a explotar queremos presentar un amparo”. Una de las demandas es la no imposición de los proyectos mineros “sin tener en cuenta la consulta a los pueblos”. También el poder acceder a la información.
Modificar el modelo
La metodología “está mal, porque derrocha agua y el dónde también, porque no se respeta el ordenamiento territorial de los usos tradicionales de las comunidades y de las áreas protegidas”, aseveró Marconi.
Existen otras metodologías, de acuerdo a lo dicho por la bióloga, que “se están ensayando a escala de laboratorio”. “En Catamarca hay una empresa que dice que no van hacer piletas de evaporación”, mencionó. De todas formas, “las empresas ante una demanda tan rentable como el litio prefieren ir al método tradicional”.
“La política pública debería exigir otro tipo de metodología, directamente la evaporítica prohibirla. ¿De qué sirve reducir la emisión de carbono utilizando electromovilidad si nos vamos a quedar sin agua? Financian proyectos de conservación internacionales y por el otro lado nos exportan empresas canadienses con esta tecnología, es un contrasentido”, reflexionó por último.