La Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) anunció hace unas semanas atrás que trabaja en el lanzamiento de un “Programa Integral de Reconocimiento de Períodos de Servicio por Tareas de Cuidado».
A través del mismo se le reconocerá a un grupo de mujeres que tienen entre 60 y 64 años, aportes que van desde 1 a 3 años de servicios por cada hije. De esta manera, podrán completar los 30 años de aportes necesarios para jubilarse. Serían cerca de 155.000 las mujeres a las que alcanzaría el beneficio.
Sin embargo, lo que a primera vista pareciera una conquista de reconocimiento histórico en materia de género, no sería tal. Sobre todo, para los miles de mujeres que se encuentran en total estado de precarización laboral. Ocurre dado que no reciben ningún tipo de salario ni beneficio social por el trabajo que realizan, independientemente de que tengan hijes o no.
Nota el Pie dialogó con la doctora María Emilia Carrozza, secretaria del Instituto de Derecho Previsional en el área académica del Colegio de Abogados de La Plata; y diplomada en Políticas Públicas de Inclusión Social en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) para analizar los posibles beneficios y las regresiones que se pueden vislumbrar detrás de los anuncios.
La base del programa
Aún no se conocen con precisión los términos de este programa de inclusión social previsional para mujeres. Pero sí algunos datos que permiten tener cierta idea de la base sobre la cual se estructuraría.
De acuerdo a lo trascendido el programa reconocería 1 año de servicios con aportes por cada hije que haya tenido una mujer o 3 años por cada hije que haya percibido, como mínimo, 12 meses la Asignación Universal por Hijo (AUH).
La letrada explicó que en la actualidad existen moratorias que permiten regularizar períodos de servicios sin aportes a mujeres desde los 18 años de edad hasta el mes 12 del 2003. Por lo tanto, una mujer que hoy cumple 60 años podría regularizar más o menos 24 años de servicios con moratoria.
En ese caso, los 6 años restantes podrían ser alcanzados, con el nuevo beneficio, si tuviera 6 hijes o dos hijes nacides después de sus 31 años. Esto ocurre dado que la AUH se creó en 2009 y se cobra hasta los 18; como para haber percibido por ambos los 12 meses necesarios para cubrir los años de aportes faltantes. “Esto es algo que resultaría bastante improbable. Con lo cual las implicancias prácticas no parecerían ser tan inclusivas como se presentan”, señaló Carrozza.
El peligro de la regresividad de derechos sociales
Otro de los puntos que destacó en su análisis, fue que reconocer las tareas de cuidado en tanto madres es caer en un enfoque regresivo. La dificultad de las mujeres en la inserción laboral no radica solo en el maternaje sino en una cuestión sistemática de desigualdad de género.
“Reconocer el papel maternal para dar derechos tiene una ideología patriarcal subyacente que es que valemos en tanto madres” remarcó la abogada.
“Este programa se muestra como una conquista del movimiento feminista cuando en realidad están reduciendo derechos. En otra oportunidad el movimiento feminista los tenía más y mejor reconocidos” expresó la especialista. Lo hizo en relación a que hasta el año 2006 existían moratorias que incluían a la totalidad de las mujeres que no habían prestado servicios en relación de dependencia con aportes formales.
La jubilación se financia con aportes de la totalidad de la sociedad
Carrozza señaló también que desde la sanción, en 1993, de la Ley 24.241 la ANSES recibe entre un 28 y 30% de su financiamiento con recursos impositivos que aporta la sociedad entera.
“Es importante tener esto presente frente a los discursos y cierta resistencia social bajo la idea de que son los trabajadores activos los que sostienen a los que ya no lo están” explicó la especialista.
Los debates por dar
Aunque todavía no se conoce la fecha de oficialización del proyecto lo que corresponde es que fuera a debate legislativo para convertirse en ley.
Por este motivo, es necesario conocer en detalle todas las precisiones del programa para poder analizarlo en su totalidad. Así, llevarlo a comisiones de debate donde puedan escucharse las voces de las involucradas para mejorar la propuesta. Siempre desde una crítica constructiva que permita avanzar y no retroceder en la conquista de derechos.