Recientemente en la provincia de Entre Ríos, se lanzó una convocatoria para juntar firmas con el objeto de lograr una ley provincial que limite el uso de agrotóxicos. La iniciativa es emprendida por la Coordinadora por una Vida sin Agrotóxicos. Nota al Pie entrevistó a una de sus integrantes, Alicia Schwartman, que es productora agroecológica del distrito de Basavilbaso; para conocer en detalle los métodos de producción sin agroquímicos.
Esta semana se lanzó un proyecto de ley provincial, para regular y limitar el uso de químicos en la producción agrícola de Entre Ríos. Concretamente, ¿cuál es el problema que acontece en vuestra provincia?
El problema que está pasando en Entre Ríos es que se están derramando miles y miles de litros de agrotóxicos sin control. Son químicos que se van a las napas de agua, contaminan los ríos y arroyos y terminan en nuestros cuerpos. Nuestros cuerpos ya están enfermos o están enfermando.
Esta producción con químicos, ¿A quienes afectan principalmente?
Los más afectados son los niños y niñas, y luego el resto de las personas. Hay quienes están padeciendo afecciones graves como leucemias, cáncer, malformaciones genéticas hasta situaciones como problemas respiratorios y problemas de piel. El efecto de los agrotóxicos es acumulativo, por eso a futuro van a aparecer más personas con más problemas.
La alternativa a los agrotóxicos es la agroecología. ¿Podría contarnos cómo realiza producción agroecológica en su campo?
Mis hijas y yo vivimos en el campo. Algo muy importante para hacer agroecología es vivir en el campo, es decir estar efectivamente en contacto con la tierra. Nosotros tenemos una chacra mixta donde tenemos ganado y hacemos siembra. Es muy variada nuestra producción, es mediana, tenemos unas cuantas hectáreas.
Hacemos desde lo más extensivo hasta lo más intensivo como lo es una huerta. Siempre combinamos distintas especies, algunas que aportan determinados nutrientes a la tierra. Por ejemplo, cuando sembramos el trigo, lo combinamos con trébol rojo o con alguna otra leguminosa.
El trébol rojo tiene varias funciones en la siembra combinada. Una de ellas es fijar el nitrógeno atmosférico que es aportado al trigo y eso hace de cubierta a la tierra. Entonces, en caso de una lluvia intensa o de sequía, o mucho frío y heladas, el cultivo combinado brindará protección.
¿Qué diferencia tiene la producción agroecológica en cuanto al rendimiento respecto la utilización de químicos?
En cuanto al rendimiento, cuando uno hace la mejora de la tierra si antes fue utilizada para cultivo agrotóxico, el rendimiento va a ser inferior. Pero luego, con el tiempo se va emparejando y mejora el rendimiento.
De todos modos, yo hago una pregunta: ¿el rendimiento, en función de qué lo medimos? ¿en cantidad de granos?; ¿o en calidad de granos?. Debemos preguntarnos qué es lo que estamos evaluando, si se trata de un alimento o de una sustancia envenenada, eso lo tenemos que considerar. Tenemos que salir del paradigma de la cantidad, de obtener cada vez más cantidades de granos que no llegan a ser alimentos.
¿Qué producción es más costosa? ¿La agroecológica o la que utiliza químicos?
Ahí está la otra cuestión, el rendimiento no solo se debe evaluar desde la cantidad de granos que se levantan sino que también hay que incluir el tema de los gastos. En la agroecología los gastos son mucho más inferiores que los de la agricultura tóxica, puesto que en el modelo agrotóxico los insumos están en dólares, son carísimos. En la agroecología elaboramos nuestros propios insumos bio-fertilizantes naturales a costos ínfimos.
¿Cómo se elaboran estos biofertilizantes naturales?
Se utilizan elementos que encontramos en la misma chacra. Por ejemplo se utiliza bosta de vaca ya que tiene muchos microorganismos que van a la tierra y son degradadores de las materias orgánicas que están allí presentes. También utilizamos suero que es lo que sobra cuando uno hace quesos. Nosotros compramos azúcar o melaza que tiene un costo bajo o utilizamos miel de otros años que ya no usamos para consumir.
También utilizamos plantas medicinales de la zona. Eventualmente podemos también incorporar algunas no nativas. En nuestros bioles, que son unos preparados artesanales, hacemos una fermentación anaeróbica, es decir sin oxígeno. Luego de quince días de que hayan fermentado, cuando no se ve más el burbujear, se lo deja descansar unos días y luego se puede utilizar. Esos preparados se le puede echar a los árboles frutales, a las plantas de huerta, a los cultivos como trigo y maíz. Hacer estos fertilizantes es muy económico.
Quienes defienden la siembra agrotóxica sostienen que ésta tiene mayor protección respecto de circunstancias climáticas, como sequías y heladas. ¿Es así?
Eso es completamente falso. Las plantas genéticamente modificadas, acostumbradas a los agrotóxicos, son plantas más débiles. No están preparadas para vivir, ellas no pueden vivir si no se le echa fertilizantes. La idea de que las plantas modificadas son más resistentes no es cierto, eso es algo que se ha impuesto desde las corporaciones para que el productor sea sumamente dependiente de esos insumos.
Por otro lado, desde la agroecología no nos enfrentamos a la naturaleza, nosotros vamos leyendo lo que ella va diciendo. Nos acercamos a ella y a partir de allí buscamos soluciones. Por ejemplo, el año pasado a nosotros nos pasó que tuvimos una fuerte sequía en la zona. Nuestro trigo tuvo un rendimiento excelente, inclusive fue mejor que los campos vecinos que le pusieron todos los insumos químicos encima.
Si la producción con químicos es menos conveniente que el modelo agroecológico, ¿por qué los productores mayoritariamente se inclinan al uso de agrotóxicos?
Se ha impuesto un paradigma. Se impuso el modelo que destruye la tierra, el agua, los cuerpos y la diversidad. Ahora los productores chicos están en un círculo no virtuoso. Siembran este año para pagar los insumos del año pasado, están endeudados cuando no tendría que ser así.
Los productores grandes ganan más, no viven en los sitios de la siembra sino que viven en las ciudades y lejos de la tierra. Ellos piensan que la contaminación no les va a llegar, sin embargo tarde o temprano les llegará, porque ellos consumen los alimentos que producimos aquí.
¿Que se debería emprender para incrementar la producción agroecológica?
Hay que cambiar el paradigma. Hay que despertar la conciencia de los productores. Nosotros lo hacemos desde los grupos ambientalistas, desde las instituciones del Estado también tienen que hacerlo; como por ejemplo desde el INTA. El cambio debiera surgir desde los ministerios de la producción, ellos no debieran estar cooptados por las multinacionales ni por las mesas de enlace. Al contrario, tienen que escuchar al pueblo que está sufriendo las consecuencias de este modelo que afecta la salud de todos y el medioambiente.
Ya se comprobó que la fertilidad de los suelos de Entre Ríos se perdió en un porcentaje altísimo. Es hora de que se dejen de lado tantos intereses económicos y se empiece a hacer verdadera agricultura. Tenemos que avanzar y dar alimentos sanos a las personas. Los pequeños agricultores y huerteros estamos desarrollando la agroecología dentro de nuestros territorios. Ahí vamos, a paso firme.