Las instituciones especializadas en neurología advirtieron sobre las diferencias entre el cannabis farmacéutico de uso medicinal y los preparados artesanales para el tratamiento de la Epilepsia Refractaria. Esto se debe a las garantías de seguridad en la elaboración de las dosis.
Desde la Liga Argentina de la Epilepsia, la Sociedad de Neurología Infantil, la Sociedad Argentina de Pediatría y la Sociedad Neurológica Argentina, señalaron que la fabricación artesanal no brinda garantías de que las moléculas utilizadas sean homogéneas ni estables.
Nota al Pie habló con Diego Sarasola, especialista en neuropsiquiatría, quien explicó que el cannabis farmacéutico está elaborado con buenas prácticas de manufactura. Es decir, cumplen con “un conjunto de procesos que tienen que ser garantizados por una entidad como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Esto, garantiza la estabilidad, la homogeneidad y la concentración frasco a frasco. Entonces, “cuando uno accede un cannabis farmacéutico, está accediendo a un producto en el cual sabemos que cada frasco tiene los mismos miligramos”, precisó Sarasola.
A diferencia de los preparados artesanales, que “pueden tener ese problema de variabilidad. Es una diferencia intrínseca a los productos”, argumentó el también Director del Instituto de Neurociencias Alexander Luria de La Plata.
Solo hay diferencias, no consecuencias negativas
Más allá de las diferencias entre el producto farmacéutico y el artesanal, el especialista dejó en claro que no se puede hablar de consecuencias negativas. “Es solo que uno no puede garantizar que las dosis sean estables frasco a frasco o dosis a dosis”, señaló.
Además, explicó que no son las mismas garantías de seguridad en la elaboración. Por eso, “tampoco uno puede englobar cannabis artesanal como una sola figura porque hay muy distintos modos de elaboración”.
Para los especialistas, los productos para el tratamiento de la epilepsia refractaria deben estar autorizados por el ente regulador correspondiente que es el ANMAT. Para que se garantice la dosis adecuada para los pacientes.
Cabe menciona que el cannabis cuenta con un componente llamado THC que es necesario para mitigar el cuadro de epilepsia. Lo que genera resultados positivos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta patología
Avanza los estudios del cannabis para otras enfermedades
Además de la epilepsia, Sarasola comentó que “hay evidencias científicas” de que el cannabis es útil para algunos tipos de dolor, para náuseas y vómitos, en quimioterapia y la pérdida de apetito. Y “está apareciendo una evidencia interesante los beneficios para el autismo”, explicó.
Finalmente, el neuropsiquiatra aseguró que a medida que se fue despenalizando el cannabis en muchos lugares del mundo, se fue incentivando la investigación científica. Por lo que “van a seguir apareciendo seguramente otros usos probables del cannabis”, concluyó.