El libro “Las baldosas del Di Tella”, recupera un listado de 700 personas trabajadoras del Instituto Torcuato Di Tella. Este fue un centro de investigación con tres centros de arte de vanguardia fundado en 1960 y cerrado en 1970/71 durante la dictadura de Onganía, ubicado en ese entonces en calle Florida 936.
Fernando von Reichenbach, fue jefe del Laboratorio de Música Electrónica del Di Tella y junto a Celia Wainberg, contadora del instituto y otres integrantes del mismo, realizaron un listado de las personas vinculadas al Di Tella para grabarlos luego en las baldosas ubicadas en el frente de Florida 936.
La propuesta surgió en 1997 por parte de Lidia González perteneciente al Instituto Histórico Municipal, en vinculación con el remodelado de la peatonal Florida.
En diálogo con Nota al Pie, Mary Mac Donagh, autora del libro y también docente de educación especial, contó que “las autoridades decidieron que se le diera esa nómina a todos, nadie debía quedar afuera”.
A su vez Mac Donagh manifestó el arduo trabajo para llegar a completar el listado debido a que siempre alguien comentaba la falta de determinados nombres.
El último listado de 700 nombres se entregó a la municipalidad. Mac Donagh comentó no tener respuesta luego de la entrega. “Todo pasó al olvido, y quedó ahí ese trabajo que llevó mucho tiempo, dedicación y mucho cariño”, afirmó la docente.
Recolectora y productora de sentidos
Mac Donagh decidió sacar a la luz el listado y “hacer un libro con la explicación del proceso que llevó hacer el listado completo”.
“Yo creo que es una base para investigadores”, expresó la docente. A su vez, para las personas adultas vinculadas a la cultura de los años ’60, “es un recuerdo amplio y general que nunca se hizo antes”. “Para los más jóvenes, podrá ser un puntapié para empezar a preguntarse qué hizo fulano porque está sultano”, agregó Mac Donagh.
El libro “Las Baldosas del Di Tella” se puede encontrar en la librería de City Bell llamada: “City Bell Libros”; en La Plata en La Disquería ubicada en calle 54 entre 8 y 9. En Buenos Aires tiene varios ejemplares para vender Yaeltex, una fábrica de controladores MIDI.
Por otro lado, también saldrá a la luz en noviembre de este año, otro libro realizado por Mac Donagh y su hija Cecilia que será llamado “La aventura de inventar” sobre Fernándo von Reichenbach y sus inventos.
El living de la casa de Mac Donagh se encontraba repleto de cajas con documentos, caset de grabación, una cámara de televisión portátil, una camcorder, “que grababa sonido en estéreo”, etc.
La compañera de von Raichenbech se dedicó a recolectar toda la obra de su compañero y también a producir los sentidos de él como inventor, rescatando cada proceso, cada proyecto, incorporando a su memoria información precisa y detallada. Mac Donagh es una conocedora también de lo electroacústico y lo transmite en su relato.
El convertidor gráfico analógico “Catalina”
Ya desde chico Fernando se encontraba fascinado haciendo inventos trabajados desde la pasión y el compromiso por descubrir, desarmar y armar máquinas; recuperando elementos y dándoles distintos tipos de uso.
En el Instituto Di Tella produjo “Catalina”, un sistema donde el músico dibujaba unas líneas de acuerdo a parámetros musicales sin tener que escribir un pentagrama; convertía imagen a sonido a través de una cámara de televisión.
“Él dibujaba líneas melódicas sobre un rollo de papel largo y era leído por una cámara de televisión que registraba esas líneas”. A su vez había otro televisor puesto al lado “donde se leía solo el contraste, era el sí o el no que es la esencia de la computación”, comentó Mac Donagh.
“Eso pasaba a unos controladores de voltaje y ya no había líneas ni imágenes, eran voltajes eléctricos”, comentó. Luego en el laboratorio se grababa y se registraba “y de ahí escuchaban la música”, manifestó.
“Un televisor registraba lo visual, pasaba a otro que lo transformaba, luego a controladores de voltaje, y de lo eléctrico pasaba a dar órdenes a instrumentos que producían sonido”, detalló.
El origen del nombre se vincula, “según Fernando”, con unos hidroaviones de la segunda guerra “pesados, lentos y grandes” que eran para transporte. “Por eso se llamaba Catalina porque era grande y pesado y difícil de transportar”, agregó.
Fernando, a su vez, junto a otras personas integrantes del ex Di Tella fueron les fundadores del centro recoleta. Allí realizaron conciertos de música electroacústica.
“El registraba todos los conciertos con su camcorder”, comentó. Los casetes se encuentran en la Universidad de Quilmes. Allí Fernando trabajó como profesor en la carrera de música electroacústica. El archivo se llama Archivo de Música y Arte Sonoro FvR. Cecilia castro y su ayudante Miguel Garuti, se encargaron de que la universidad recibiera estos archivos. “Cecilia luchó hasta conseguirlo”, dijo Mac Donagh.
La herencia de Fernando
La nieta de Mac Donagh y von Raichenbach, Rocío von Reichenbach, también es inventora como su abuelo; heredó la curiosidad, el valor del registro, elementos materiales y “un montón de gente interesante alrededor”.
En diálogo con Nota al Pie comentó que: “Cuando era chiquita me llevaba al laboratorio de investigación y producción musical en Recoleta y ahí comenzaron a gustarme los estudios de grabación, los cables, los aparatos”.
“Él desarmaba un instrumento, veía para qué podía servir y encontraba una manera no esperada en el uso, yo empecé con todo esto de desarmar y después me copé armando maquinas”, comentó von Reichenbach.
Por otro lado, Rocío también se dedica a documentar como su abuelo, a registrar, por ejemplo, sonidos. “Tengo una grabación de la noche en que se legalizó el aborto legal, yo escucho ese audio y me emociono un montón”, comentó.
“Es como una foto sonora del momento, por un lado, está la cuestión artística o sentimental de ir guardando sonidos míos, pero también creo que esta bueno guardar una forma de memoria colectiva”, afirmó.
Entrevista de Andrés Percivale a Fernando von Reichenbach y Jorge de la Vega en el Laboratorio de Música del Instituto Torcuato Di Tella, mostrándo y explicándo a “Catalina”