“Haciendo lo que las olas, somos y seremos mar. Revoltosa energía caminando pa sanar”; dice el estribillo de la canción que acompaña al Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir en su andar exigiendo #BastaDeTerricidio. Las caminantes salieron el 14 de marzo desde distintos puntos del país hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a donde llegarán el sábado 22 de mayo.
Nota al Pie dialogó con la autora de la canción, Ana, quien lleva el nombre musical de Epu Newen y hace casi tres años es parte del Movimiento de Mujeres Indígenas. “Soy del Pueblo Nación Ranquel; mis abuelos, mis ancestros, estaban en el oeste de lo que actualmente es el territorio pampeano, La Pampa”, comenzó presentándose.
La compositora de “Caminando para sanar” confesó que la canción fue “un impulso, un mensaje, algo que recibí, un regalo, una ofrenda, que el mar me dio”. Contó que se encontraba con su madre “en lo que antiguamente fue territorio mapuche tehuelche”, en las playas de Río Negro; “estaba simplemente observando el mar y escuchándolo”.
“Empezaron a llegar palabras, que de alguna manera me contaban y me decían que en el mar había mucho de nosotres”, manifestó. Acto seguido, le pidió a su mamá lapicera y papel “y me puse a escribir, así como todo muy rápidamente, porque llegaba toda la información junta, muy rápido; fue hermoso la verdad como lo recibí”.
En este sentido, la mujer comentó: “simplemente fui un canal de algo que el mar ofrendó para la humanidad, si se quiere”. Si bien cuando compuso la canción sus hermanas del Movimiento todavía no habían comenzado a caminar, la actividad “ya estaba siendo gestada”. Por eso “el saber que iba a ser una canción que iba a ofrendar para la caminata, fue una gran certeza”, aseguró Epu Newen.
Denunciando el terricidio a través de la música
La joven habitante de la tierra ancestral Rankülche, actual territorio de La Pampa, expresó: “el valor de la canción para mí es sagrado”. En este sentido, comentó que es “una ofrenda para la vida, para mis hermanas caminantes, para toda la humanidad, para la tierra, para la vida en sí”.
“Es una semilla que crece, que circula, que es libre, que es rebelde, que debe ser cuidada, que debe ser valorada”, explicó Epu Newen. Además, opinó que la canción es “un elemento sagrado y ancestral, que ha acompañado a nuestros ancestros en lo cotidiano, expresándose de distintas formas”. Al respecto, aseguró que no puede “pensar en la existencia sin la canción”.
La entrevistada manifestó que “más allá de que la semilla tiene su vida, tiene su vuelo propio, nosotres tenemos que abrazarla, resguardarla”. También comentó que “valorar un gesto tan amoroso como la canción, para mí es algo completamente inseparable de las luchas del día a día, de las luchas contra la muerte”.
En esta línea, Epu Newen hizo referencia a la lucha contra el terricidio que “llega de todas las formas, a todos los territorios”. Además, reiteró que “los terricidas deben ser juzgados, que no puede quedar impune el asesinato de la vida en todas sus formas de expresión”.
Con respecto al “actual territorio llamado La Pampa, donde antiguamente habitaba el pueblo Ranquel”, Epu Newen mencionó dos problemáticas. Por un lado, la referida al agua, “con la falta del cauce del río Atuel”.
“Una de las razones por las cuales levanto la voz en este territorio es para que todos los ríos vuelvan a su cauce natural”, manifestó. En este sentido, reclamó “que se dejen de construir diques, represas, y estos artilugios de los terricidas para frenar la fuerza de la naturaleza, la fuerza de los ríos”.
Por otro lado, mencionó “la cantidad de agroquímicos y agrotóxicos que circulan, y generan múltiples enfermedades; no sólo en la tierra, que es la principal afectada, sino que, en todo el equilibrio de la vida, en las personas, en los animales”.
Hermandad en la música y en el caminar
La entrevistada comentó que “Epu Newen es uno de los nombres musicales que encarné junto con una hermana que también es parte del Movimiento y está caminando”. Juntas tenían un dúo y se representaban con ese apodo que “significa dos energías, dos fuerzas”, aunque “es difícil traducir al castellano algunas palabras”.
“Con el pasar del tiempo, con esta hermana siempre que nos encontramos seguimos haciendo música”, contó la mujer. Además, manifestó que “cuando nos presentamos también elegimos eso, más allá de que físicamente no estemos juntas, seguir nombrándonos de esa forma, como Epu Newen”.
En cuanto a las hermanas que están caminando, la joven expresó que “siempre me mandan sus audios, sus videos, cantando la canción, haciendo sus versiones”. En este sentido, comentó que “la valoran como algo sagrado, como algo que acompaña sus pasos, y que también genera algo muy importante que es el canto colectivo”.
“Es un canto completamente fortalecedor, y sobre todo para estos tiempos, para juntar fuerzas y decir basta al terricidio, que es la intención de la caminata; que el terricidio sea considerado un crimen de lesa naturaleza y de lesa humanidad”, expresó Epu Newen.
Además de ofrendar la canción como “semilla”, la joven explicó que es “un gesto amoroso de honrar y abrazar a mis hermanas que están caminando; y que están entregando la vida básicamente por el cuidado de la vida de la humanidad, de la tierra”.