Norita Cortiñas es una mujer poblada de luchas. Poderosa, arremete comprometida frente a toda injusticia social. Con delicadeza y ternura, va poniéndose su pañuelo blanco y la foto de Gustavo en el pecho. Siempre sonriente y atenta, siembra con sus palabras conciencia y amor.
¿Cómo fue tu infancia y adolescencia, Norita?
Tengo una familia con cuatro hermanas, papá y mamá. Una familia unida y muy trabajadora. Mis padres habían sido pobres, mi papá cuando vino de España estuvo muchas veces sin trabajo. Mi mamá era muy trabajadora y lo ayudaba. Tenían un taller de enumeración del ramo de imprenta. Cuando las hijas crecimos no tuvimos necesidades de alimentación ni necesidades básicas.
Me casé muy joven, a los 19 años, después tuve a mis dos hijos varones, Gustavo y Marcelo. Ahí empieza la historia de una familia, donde uno de mis hijos salió militante, con una inclinación política de lucha, de querer lograr que en la Argentina hubiera justicia social. Él estaba con la Juventud Peronista y tenía deseos de cambios, quiso tratar de ayudar donde sabía que había gente muy pobre. Fue a trabajar con una compañera del Ministerio a la Villa 31, desde muy jovencito.
¿Cuándo comenzás a sentir plenamente el feminismo en vos?
El feminismo no es lo que tiene más fuerza en mi personalidad. En realidad, son los 40 años de lucha, de resistencia contra el terrorismo de Estado, contra una dictadura sangrienta que tuvimos, cívico, militar y eclesiástica; y en realidad me forjé en la lucha en la calle por muchos años, ya cumplimos los 44 años en la Plaza de Mayo las Madres, y esa es la fuerza de mi lucha.
Lo del feminismo vino últimamente y el día que me di cuenta que las mujeres teníamos que seguir reclamando por nuestros derechos y no saber solamente que teníamos deberes, ahí fue cuando se me prendió la lamparita.
Yo me había criado en un hogar de métodos patriarcales. Mi papá estaba acostumbrado a que él era la voz cantante y sonante, y las hijas escuchábamos y no participábamos de muchas cosas. Por ejemplo, él no hablaba mucho de política con nosotras, y en la mesa, se cuidaba porque había temas que claro, criado a la antigua, y machista, no se hablaban con las mujeres.
Me casé también con un hombre machista, no a la antigua, como mi papá, pero sí como el régimen quiere: separar a las mujeres de los hombres y los hombres son los que tienen las ideas y manejan; y las mujeres somos las que nos adaptamos y tratamos de conformar una familia con armonía.
¿Cómo era, Norita, tu relación con Gustavo?
Era una relación madre hijo, bien, pero no me hablaba mucho de su militancia, como muchos hijos en la época del terrorismo de Estado y antes, cuando empezó a militar en la villa, era un mundo que él preservaba y nos preservaba a los padres.
Él sabía que en algún momento iban a venir tiempos difíciles, tenía un cuñado preso político y se movía en ese mundo donde la defensa de la justicia social se hacía peligrosa y perseveraban los jóvenes en luchar y acompañar a la gente más pobre que menos tenía y que soñaban con cambiar un mundo de injusticia.
¿Qué sentías en ese contexto de terror? ¿Qué sentías por Gustavo?
Sentíamos miedo cuando veíamos que ya se venía una situación de persecución a los jóvenes. Después del 24 de marzo del ’76 estaba clarito que corrían peligro todos: jóvenes, hombres y mujeres, entonces ya no estábamos tranquilos.
De todas formas, en ningún momento uno lo vio flaquear ni dudar a Gustavo. Hasta cuando nosotros le decíamos que teníamos miedo, pero él nunca dudó de su militancia y su deseo de luchar de la manera que luchaban.
Desde luego, ellos eran militantes, pero no eran la parte fuerte de esa militancia sino una parte social, trabajaban en las villas y ayudaban. Después los movimientos fueron creciendo y se hicieron más revolucionarios.
¿Qué sentíste cuando lo desaparecen a Gustavo?
Bueno, no se vuelve a ser la misma Nunca. Cuando te das cuenta que se violan los DDHH y vos podés ayudar, podés comunicarte para salvar una vida, ya no volvés más a la tranquilidad. Vivís para prestar atención a los otros, para ayudar y proteger.
¿Cómo fueron los primeros pasos de búsqueda? ¿Cuándo y cómo se organiza la primera marcha a Plaza de Mayo?
La cosa fue muy espontánea, muy visceral. Cuando vino la dictadura, la represión obligaba a buscar formas de búsqueda, de lucha. En cada hogar que se llevaban un hijo o hija, las madres éramos las que salíamos a golpear las puertas de los organismos oficiales para preguntar por ellos y entonces empezó esa búsqueda.
Yendo de acá para allá, íbamos a una Vicaría que había en una iglesia, Stella Maris, que está en retiro. Ahí la Marina puso a un obispo con sotana y botas, con un fichero, para que fuéramos a hacer las denuncias de las desapariciones. Ahí fuimos juntándonos.
Un día estaba allí, en ese grupo, Azucena Villaflor de De Vincenti y propuso que, en vez de ir a una oficina cerrada, fría e indiferente fuéramos a la Plaza.
“Vamos a la Plaza de Mayo y desde ahí gritamos nuestra angustia y la búsqueda que estamos haciendo. Vamos a preguntar por nuestros hijos e hijas desde la plaza y todas juntas”, dijo y así fue creciendo el grupo.
Luego, se llevaron a Azucena y a Mari Ponce de Bianco y a Esther Ballestrino de Careaga y a otro grupo que estaba también en la iglesia Santa Cruz. Pensaron que haciéndolas desaparecer, íbamos a tener miedo y no nos íbamos a reunir más en la Plaza de Mayo que es donde molestábamos y donde molestamos el día de hoy. Pero seguimos yendo, con más furia porque se habían llevado a las compañeras, y ahí se acrecentó la lucha.
Ahora por la pandemia no podemos ir, pero las Madres seguimos siendo una molestia porque además cuando empieza la dictadura nosotras en vez de quedarnos en nuestra casa salimos a resistir. Esa resistencia de las madres hizo también deteriorar un poco ese triunfalismo de las fuerzas armadas como vencedores, haciendo las tropelías que hicieron, de apropiarse de los bebés de las mujeres que estaban parturientas, recluidas para tenerlos en esos campos del horror.
Ellos planificaron entregar esos bebés a familias que estaban ávidas de apropiárselos y se creyeron que iban a salir gloriosos de ese evento dramático, siniestro; de lo que eran miles de desaparecidos, torturados, presos políticos; y realmente la resistencia de las madres también los desgastó en su afán de ser héroes.
Planificaron sobre las postrimerías de esa dictadura invadir las Malvinas, nuestras, con una generación de jóvenes que también fueron torturados por ellos, hambreados, maltratados. Ahora, gracias a dios y a la voluntad de los abogados y de todos los que tienen claro que tienen que denunciar el horror, está destapándose lo que hicieron con estos pibes de las Malvinas. Lo mismo que hicieron con nuestros hijos militantes de movimientos populares; así que en vez de salir victoriosos de estos eventos salieron bien escrachados para el resto de sus vidas, no les salió bien el juego.
¿Cómo fue que en el año ´78 fuiste a la Mansión Seré?
Yo siempre creía que ahí podía estar mi hijo, pero además sabía que había otra gente secuestrada. Era un lugar cercano a mi casa y entonces un día decidí que iba a entrar y ver qué era lo que veía, si veía algo.
Había una casona antigua y ahí adentro estaba la policía custodiando a la gente secuestrada. Me metí con la excusa de ver si la vendían o la alquilaban. Los guardias ahí adentro estaban muy nerviosos. No querían que yo me quedara y que pudiera escuchar a la gente que estaba adentro y que se pudieran escapar y contar lo que pasaba ahí; como efectivamente pasó después, con el tiempo, que algunas personas pudieron fugarse y pudieron contar la infamia y el terror que se vivía ahí.
Esos mismos custodios fueron los que prendieron fuego la casa y algunos jóvenes pudieron escaparse y sabemos después todo lo que pasó.
Sé que mi hijo ahí no estuvo por la gente que salió y contó. Por eso pedimos que se abran los archivos de la dictadura, que nos digan ¿dónde están? ¿qué pasó? no que nos den un papelito cualquiera que dice que nos espiaban, que veían que hacíamos nosotras, no, no, no.
Queremos saber ¿qué hacían los servicios? ¿qué hacían los militares? ¿qué hacía la policía? Queremos saber ¿qué hicieron con los desaparecidos? Eso es lo que le tenemos delegado a los más jóvenes: que sigan pidiendo Memoria, Verdad y Justicia, que sigan tratando de que no quede ningún genocida libre.
¿Cuál es la lucha de las madres Norita?
Luchamos por la Verdad, la Justicia y la Memoria principalmente. No queremos que quede ningún genocida impune en la Argentina, pero también queremos reivindicar la lucha por la justicia social y apoyamos todo lo que tenga que ver con esa lucha.
Nos golpea tanto que ellos luchaban por un país donde los niños fueran al colegio, tuvieran alimentos, ropita, vivieran una vida feliz, y cada vez estamos más pobres por que los gobiernos que fueron sucediéndose no hicieron más que seguir deteriorando la economía.
Cada gobierno siguió manejándose, pidiendo plata, sin consultar con los argentinos para pedir esa plata. No queremos pagar lo que no debemos, ya le dijimos muchas veces al gobierno, que suspenda el pago hasta que nos digan, con una auditoría, cuál es ese dinero que dicen que debemos y que no debemos; para que todo el pueblo sepa que quieren que paguemos una deuda que no es del pueblo, no es nuestra.
Hay muchas cosas que pasan, que tienen que ver con juntar el dinero para pagar esa deuda, como es la megaminería, como es hacer las represas en la Patagonia para sacarles el agua a los verdaderos dueños del agua, a las comunidades, que crían ganado, que siembran, que le dan vida a la tierra.
Estos días de pandemia donde vemos a la gente y los pueblos que están defendiendo su agua en la montaña, que no quieren la megaminería que estropea la Pachamama y toda esa gente es castigada, llevada presa, torturada, cosa que rechazamos totalmente, abominamos.
La policía tiene la mano libre para torturar a la gente que se revela a esta injusticia de hacernos perder la soberanía y las riquezas nuestras y ahora más todavía con las hidrovías, que venció el contrato con el que nos estaban robando terriblemente, y lo van a renovar con la misma gente que nos robó antes.
¡Las Madres estamos donde tenemos que estar! No estamos desubicadas, estamos donde estarían nuestros hijos, si estuvieran. Esta es la historia que sigue, que sigue con la resistencia, sigue con la reivindicación de las luchas populares y sigue para demostrar que este pueblo no se rinde, no baja los brazos, este pueblo está en plan de resistencia y de una resistencia pacífica, no violenta y es reprimido con la violencia del Estado.
¿De dónde surge la idea de estudiar Psicología Social, Norita?
Las alumnas de la escuela de Ana Quiroga, una escuela muy relevante que creó y dirigió Pichon Riviére, venían hacer sus tesis con nosotras, aprendiendo de nosotras que hacíamos con la práctica, lo que Pichón proponía con la teoría: nosotras nos reuníamos en un grupo y del mismo, a su vez, teníamos subgrupos para hacer nuestras diligencias, para luchar. Las madres seguíamos sin saberlo las propuestas de Pichon Riviére.
Un día me propusieron seguir la carrera, me dijeron: “si vos haces tal cual como es la teoría de Pichon; y entonces me decidí y me metí de cabeza, en vez de tres años, hice seis porque terminaba con una escuela y me metía en otra.
Siempre me gustó y me pareció que los niños desde que empiezan el jardín de infantes ya tienen que tener una noción de la psicología social, porque tiene mucho que ver en la vida diaria el matiz que se le da a la enseñanza. Los chicos aprenden a ser solidarios, creativos, espirituales y al mismo tiempo resistentes. La psicología social da y tiene un margen de desarrollo del ser humano muy importante.
¿Qué pensás sobre la militancia política y el gobierno?
Nunca hice partidismo político porque para defender los DDHH, los organismos tienen que ser independientes. Los Derechos Humanos siempre los violan los Estados no el pueblo.
Los organismos estamos para defender a la gente común de esos derechos que violan los gobiernos. Tenemos que tener una distancia para señalarle a los políticos la violación de los derechos humanos.
¿Cómo definirías la democracia?
La democracia se defiende pensando libremente y manteniendo la independencia de los partidos políticos, pero además a los DDHH hay que cuidarlos y acompañarlos, cuando se violan hay que denunciarlo y tomar medidas del lado de la justicia nunca por mano propia ni querer venganza; y siempre con la conciencia de que mejor es tener libertad para accionar sin estar ligado a un partido político.
¿Qué pensás sobre la situación que está viviendo Colombia?
En Colombia están violando los DDHH brutalmente, usando la metodología de apuntar a los ojos a los militantes que mantienen una protesta muy seria por el cambio de la política económica para subir los precios y los impuestos. El pueblo se está resistiendo y en esa resistencia está activada la policía, la gendarmería, el gobierno ha dado carta blanca y hay muchos heridos, muertos y desaparecidos.
Colombia no deja desangrarse porque siempre la codicia de EEUU está ahí tan cerca de Colombia y hace que tengan conflictos así EEUU puede vender armas y así tienen todos sus negocios y el pueblo de Colombia es el que sufre este atropello que hay en este momento. El presidente ahora quiere dar marcha atrás del proyecto que tenía, pero mientras tanto hay miles de muertos.
¿Qué palabras quisieras dejarle al pueblo colombiano?
Les quiero decir que desde acá los apoyamos y le decimos al Presidente basta, basta de torturas, basta de persecuciones. El pueblo tiene que vivir con la paz de que el gobierno los tiene que proteger, no mandar reprimir. El gobierno de Colombia se transforma en asesino de su propio pueblo. Le decimos NO, BASTA. Basta de provocar para que la policía y los militares repriman a ese pueblo trabajador y sufrido.
¿Qué mensaje quisieras darle a la juventud?
La juventud tiene que tener claridad y saber entender las noticias, cuándo les están mintiendo; y luchar con los que luchan transparente.
Hay que tener cuidado con este capitalismo, este apetito de EEUU por meterse en nuestros países y estar atentos para no permitírselo. La juventud tiene que tener la llama de la claridad para defender su patria de cualquier ataque del liberalismo, neoliberalismo y todas esas porquerías que están queriendo apropiarse de la riqueza de los pueblos que tanto lucharon.
Hay que decirle No a la megaminería, porque acá es lo mismo que en Colombia y en Chile, está ese apetito de estos gobiernos conservadores que lo que quieren es robarle al pueblo y tenemos que decir no, no y no.
¿Cómo te definís, Norita?
Soy militante política. Cuando dicen ¡Ah, las Madres hacen política! Y sí, las Madres hacemos política, política independiente, política que manejamos nosotras; a nosotras no nos maneja nadie.
Los políticos que sigan con su política y a las Madres que nos dejen tal cual somos en los organismos de derechos humanos, eso lo tenemos que tener claro. No hay tiempo de equivocarse porque cada día somos más pobres y cada día nos reprimen más, nos quieren acallar, quieren que no hagamos nada para no perturbar a los gobiernos.
¿Qué actividades tenés previstas en lo inmediato?
Hoy tengo que ocuparme de muchas cosas. Me llamaron por Colombia, también me llamó un amigo de la CTA porque va a haber una campaña para defender las hidrovías y yo voy a participar con fuerza. Estamos defendiendo con Andalgalá el agua, la montaña, decimos No a la megaminería, No a las represas y No al pago de la deuda externa que no debemos.
Yo les digo que hay que sumarse a estas campañas para salvar la patria, la tierra y el agua y no llevarle el apunte a los cretinos que quieren dejar las escuelas abiertas para que los chicos se contagien, de ninguna manera.
Las escuelas tienen que cerrar por lo menos hasta la primavera para poder proteger a los niños, a sus padres y a sus abuelos. Esto tienen que difundirlo, no puede haber escuelas abiertas, ni gente ni niños que viajen de acá para allá con sus padres para seguir contagiándose y contagiar.
Tenemos que exigir que Larreta se deje de provocar una situación de angustia en las familias. Tiene que saber que los docentes deben ser cuidados, además de pagarles un sueldo digno y a tiempo, también tiene que cuidarlos y que no se enfermen. Hay que decirle a Larreta y que se deje de entorpecer este camino de la democracia, que está para salvar vidas y no para enfermarlas y contagiarlas.
Qué mensaje final quisieras dejarles a todes les argentines
No devolvamos con violencia la violencia que recibimos. No pensemos que para parar esta violencia tenemos que usar armas. Tenemos que defendernos con la verdad, buscando y pidiendo que haya justicia. Los que matan y torturan a los pueblos tienen que estar presos. Tenemos que tratar de tener claro cuando votamos a quién votamos y digo tratar porque podés tener algún Macri solapado.
Gustavo era muy inteligente, yo le decía: “ay, mirá no sé hacer palabras cruzadas”. Y él me respondía: “Bueno tenes que aprender, nadie nace sabiendo. Yo cuando nací no sabía leer y escribir y tuve que aprender”
Hay que hacerle entender a la gente que todo lo que hacen otros, nosotros lo podemos hacer; y todo lo que aprendieron otros, nosotros lo podemos aprender. Pero una cosa que podemos hacer es no dispararle a ser solidarios, saber escuchar a los amigos, tenderles la mano para que todos juntos podamos defender la democracia que está amenazada por la derecha rabiosa. Tenemos que decirle a esa derecha que no cuente con nosotros para ningún desmán que sea romper con la democracia.
Y ya mismo les digo algo: “30000 detenidos y detenidas desaparecidos, 30000 detenidos y detenidas desaparecidos, 30000 detenidos y detenidas desaparecidos; ¡Presentes, ahora y siempre! Hasta la victoria siempre. Venceremos.