La liberación de las patentes para abastecer a los países con menos recursos y desarrollo, se ha convertido en el principal tema a tratar entre las potencias mundiales.
En medio de este debate, la pandemia sigue generando riesgos en la salud y los países en desarrollo (como América Latina); y sobre todo en África, se ven afectados por el desabastecimiento de vacunas.
Un giro “inesperado”
Joe Biden, Presidente de los Estados Unidos, se expresó en el congreso reclamando una exención a las reglas de propiedad intelectual de las vacunas. Las mismas “reglas” establecen, según la OMC (Organización Mundial de Comercio) el desarrollo autónomo en la fabricación y producción de vacunas.
A partir de este reclamo y con el apoyo por parte de Francia y Rusia, y junto a la UE (Unión Europea), se pretenden liberar las patentes para comenzar la distribución de dosis y poder paliar esta crisis sanitaria en los lugares más afectados.
Repercusiones a nivel mundial
El Papa Francisco dio su previa bendición al proyecto y, Amnistía Internacional y Médicos Sin Fronteras, entre otras organizaciones humanitarias destacadas, han manifestado su contento ante este anuncio. El pasado mes de octubre, habían apoyado también el fallido proyecto de India y Sudáfrica.
El mismo pretendía la liberación de vacunas y permitir el desarrollo con mayor fluidez en otros países, siendo rechazado por las principales industrias farmacéuticas del mundo.
Las dudas de Macron y el convencimiento de Putin
Emmanuel Macron, presidente de Francia, manifestó: “Estoy completamente a favor de la liberación de la propiedad intelectual”. A pesar del manifiesto, el mandatario dudó, al igual que muchas grandes compañías farmacéuticas, sobre si la liberación de las vacunas sería la solución a toda esta problemática.
El presidente de Rusia Vladimir Putin, por su parte, indicó en una reunión transmitida por televisión que “por supuesto, Rusia, apoyaría una idea así”. ampliando este concepto, la viceprimera ministra Tatiana Golikova le indicó a la agencia de noticias AFP: “no podemos pensar en los máximos beneficios, sino en la protección y seguridad de las personas”.
La OMC, un escollo en el tratamiento
La industria farmacéutica global, considera que la liberación de las vacunas no es la solución más plausible para prevenir esta crisis mundial. Según manifiesta la OMC, la mejor respuesta posible es la distribución de dosis de los países ricos a los más pobres.
Además, consideran que la producción local de vacunas en los países con menores recursos solo generará obstáculos debido a la escasez de recursos propios y el poco desarrollo tecnológico de los mismos. Esto provocará una mayor escasez de dosis.
África, la pandemia en su máxima expresión
El continente africano se ha convertido en el epicentro más dramático de la crisis sanitaria global. Con más de 1300 millones de habitantes, apenas han obtenido 20 millones de dosis.
Frente a este panorama, el jefe de salud de la Unión Africana John Nkeng Ong apoyó la decisión de Estados Unidos indicándola como «la correcta en el momento justo».
Las vacunas se han convertido en el bien más preciado y la política empieza a tomar decisiones. Las industrias farmacéuticas globales y los presidentes de turno van por caminos paralelos.
Pero, como lo ha indicado el primer ministro italiano Mario Draghi: «las vacunas son un bien común mundial; derribar los obstáculos que limitan las campañas de vacunación es una prioridad»