Esquina Libertad es un emprendimiento cooperativo de imprenta y artes gráficas, editorial, encuadernación, productora de contenidos informativos, serigrafía y textil. Sus miembros se desempeñan tanto en la sede ubicada en Virasoro 1651 de Villa Crespo (CABA) como así también dentro de diversos penitenciarios de la capital y el conurbano. Nota al Pie dialogo con su fundadora y presidenta, Ayelen Stroker para conocer su historia y actividades.
¿Cómo nace el proyecto?
Arrancamos en el año 2010 luego de unos procesos asamblearios dentro de los contextos de encierro, donde varias personas privadas de libertad y familiares nos pusimos a pensar la cuestión laboral y las dificultades que implica salir a buscar trabajo con antecedentes. Fue por eso que empezamos a organizarnos y constituimos la cooperativa viendo la experiencia del movimiento de desocupados y el modo en que el cooperativismo le dio respuesta a un sector que estaba vulnerado y marginado.
¿Por qué optaron por la modalidad de cooperativa?
Nos definimos como cooperativa porque entendemos que sus principios son de inclusión social, ayuda mutua, solidaridad y de construcción horizontal. También por la necesidad de generar una herramienta pre y post libertad, para poder linkear el adentro con el afuera y generar fuente de trabajo que contenga al salir de la cárcel. Es ahí cuando aparecen las dificultades, entonces la cooperativa aparece como un espacio de identidad y de pertenencia para una inclusión laboral concreta. Aquí tenemos a personas privadas de libertad, a liberades y también a sus familiares.
¿Cómo surgió la idea de denominar como Esquina Libertad a la cooperativa?
El nombre fue azaroso. Cuando tuvimos que constituir la cooperativa e inscribirnos pensamos cómo nombrarnos y surgió por votación mayoritaria “Esquina Libertad”, inspirados por una canción de Los Piojos. Además porque queríamos que la palabra “Libertad” apareciera como parte del nombre.
¿Podría comentarnos cómo es el proceso de incorporación de las personas liberadas a la cooperativa?
No hay una sola forma de proceso de incorporación, hay distintas formas de vinculación. Si hay un compañero que ya viene trabajando con Esquina Libertad desde su encierro, ya va construyendo su espacio de pertenencia y su fuente de trabajo desde antes de salir. Con lo cual cuando sale en libertad cambia su espacio físico pero continúa en el área que venía trabajando, solo que se incorpora a nuestra sede de afuera. En los casos en los que no se venían desarrollando desde antes, participaban en talleres que son para liberados y familiares para aprender oficios, y desde esos talleres se proyecta la inclusión laboral.
¿Cómo logran crear fuentes laborales?
No es tan fácil para las cooperativas generar fuentes de trabajo y entendemos que ese es un proceso. Entonces invitamos a quienes quieren sumarse a hacer ese proceso a aprender a proyectar el área de trabajo, constituirla y de ese modo incluir laboralmente. Con respecto a las personas privadas de su libertad, hay compañeres en el encierro que participan en distintas instancias de la coope, ya sea coordinando talleres de oficio en el adentro, otres estando adentro realizan cuadernos y generamos la comercialización en el afuera a través de la familia.
Es un trabajo muy artesanal el trabajo pero para nosotros es importante que las personas que están allí puedan participar en algún eslabón productivo. También hay quienes participan en asesorías legales, porque están estudiando esa carrera estando adentro y podemos incluirlo laboralmente con eso. Además por el conocimiento específico que tienen del territorio pueden dar un enfoque diferencial de esa realidad.
¿Cuáles han sido sus principales logros?
Uno de los principales logros es la cantidad de personas que integramos la coope, somos alrededor de ochenta compañeros y compañeras en diversas áreas. Otro logro es el número de gente que venimos acompañando en las asesorías, el año pasado brindamos acompañamiento a quinientas personas. Que exista la cooperativa es un logro en sí mismo. También que la institucionalidad nos reconozca es un logo, los jueces de ejecución reconocen nuestro proyecto.
¿Cuales son los aportes de los talleres en el interior de las cárceles?
Los talleres adentro son clave. No son solo para personas próximas a egresar de su privación de libertad, que están en pre egreso, sino para todos. Cuanto antes se arranca es mejor porque se logran reconstruir los vínculos, es poder formarse en los principios del cooperativismo, aprender un oficio, es para generar lazos de confianza con el colectivo con el que se trabaja.
¿Cómo se sostienen económicamente?
Tratamos de desarrollar la venta tanto al sector privado como al Estado, a Pymes, a comerciantes, a cooperativas. Trabajamos mucho a través de redes. Presentamos proyectos, peleamos por el acceso a los subsidios porque acceder a ellos no es algo simple, y es una lucha constante. Apuntamos al desarrollo productivo para efectivamente poder sostenernos de manera autogestiva.
¿Cómo es el vínculo con las instituciones penitenciarias?
El vínculo no es nada fácil. Si bien fue mucho más complejo en los primeros años, ha generado bastante rechazo en la institución penitenciaria no entender el trabajo ni las formas de abordaje. Han generado varias instancias de boicot al proyecto. Más allá de eso hemos podido sortear todas las trabas y hemos podido constituirnos hasta un punto en que no nos pueden negar. No en todas las cárceles es igual, cada cárcel es un mundo.
Procuramos generar una articulación suficiente como para que no boicoteen los espacios de trabajo y de formación que tenemos pero es una lucha diaria. Sigue existiendo muchas resistencias por parte del sistema penitenciario con respecto a las cooperativas en contexto de encierro.